Mi sensación con esta asignatura ha sido de ir de menos a
más según esta avanzaba, más por el gusto que a la hora de ir entendiéndola. Creo
que es algo lógico y normal si partimos del hecho de que en el colegio y en el
instituto, mi experiencia con la literatura ha sido muy poco satisfactoria en
comparación con este curso. Luego pienso que el ir de menos a más es una
muestra de que me ha ido gustando e intrigando cada vez más la literatura, sus
diferentes aspectos y la infinidad de maneras divertidas, atractivas,
interesantes y originales que hay de trabajarla.
En mi opinión la manera que hemos tenido de trabajar la
asignatura ha sido inmejorable. Hemos tenido que poner en práctica de una
manera muy atractiva casi todos los puntos vistos en el temario, todos con las
mismas pautas aunque obviamente con diferentes resultados, lo verdaderamente
bonito, lo que hace que algunos resalten sobre el resto. Es una gran idea
también el corregirnos entre nosotros las actividades que hemos ido realizando,
es una manera más digamos de escuchar a nuestros compañeros, de saber qué han
entendido ellos, a qué han dado más importancia, con qué me quedaría de sus
trabajos y qué cambiaría de ellos. Es una manera más de afianzar conocimientos,
de tenerlos en cuenta. Nunca había trabajado a través de un blog, me ha
parecido la mejor manera para trabajar esta asignatura tal y como se nos aclaró
desde un principio, desde el autoaprendizaje.
A continuación explicaré todo lo que ha supuesto esta
asignatura para mí, lo que he aprendido, lo que más me ha interesado, lo que utilizaría
para el futuro y en definitiva, mi antes y mi después con respecto a la
literatura. Lo haré bloque por bloque con la intención de no pasar muchas cosas
por alto.
Bloque 1. Literatura
Infantil. Análisis y selección.
Recuerdo que la primera o una de las primeras distinciones
que dejamos claras a parte de la de libro y cuento, fue la diferencia entre la
literatura y la paraliteratura. La literatura es un arte que utiliza las
palabras para manifestarse, su principal objetivo es artístico. Comenzando con
esta definición ya se podía intuir que íbamos a conocer y trabajar la
literatura de una forma muy distinta a la que prácticamente cualquiera ha
experimentado durante la etapa de educación obligatoria y bachillerato. Lo que
más me atrajo de definirla como un arte fue su automática comparación con el
resto de artes, donde la imaginación y la creatividad imperan por encima de la
imitación y la reproducción. Lo que quiero decir es que no se disfruta de la
literatura tan sólo aprendiéndose un poema por ejemplo y recitándolo en clase,
ni se aprende. Del mismo modo, tampoco se aprende en educación artística
pintando un dibujo ya hecho, donde el único ejercicio es rellenar con colores y
hacer un llamamiento a lo estereotipado. Un texto literario dejaría de serlo
también si carece de función poética, de ficción o de no formar parte de uno de
los tres géneros literarios: narrativo, dramático y lírico.
Quería resaltar la intención artística, pues es la mayor diferencia
entre la literatura y la paraliteratura y lo primero que me ayudó a
diferenciarlas. En la paraliteratura, el primer objetivo no es el artístico,
sino educar, enseñar y/o moralizar y no es hasta casi el S. XX donde por fin
aparecen escritores cuya intención es la de hacer disfrutar y entretener a los
niños. La literatura dejaba de ser sólo para adultos, ahora también estaba
pensada para la infancia y la adolescencia. Una de las apariciones más notables
que permitieron este cambio, fue el permitir al niño identificarse con los
protagonistas de la historia que leía, sentir que han pasado recientemente, están
pasando o pasarán muy próximamente por
el mismo momento que el/los/la/las protagonistas.
“No debemos confundir "moraleja" con
"enseñanza moral". La moraleja aparece explicitada al final del
relato con el fin de explicar y enfocar la comprensión de la totalidad del
texto. La enseñanza moral puede encontrarse en diversos lugares de la historia
y cada cual puede aplicarla a su realidad a partir de su propio esquema de
valores y de sus inferencias particulares.”
Más cosas con las que me he quedado de este bloque provienen
tanto de clase como de la actividad que realizamos referente al mismo. En ella
tuvimos que seleccionar correctamente un libro. En lo primero que hubo que
fijarse fue en que se tratara de un libro literario y no paraliterario. Un
libro literario también aporta muchas enseñanzas y valores, aunque no de forma
explícita, es decir, no dando una “orden” o algo parecido en referencia a cómo
hay que comportarse, no inducen al niño, tan solo muestran actitudes y valores
que nos puedan ayudar a ser más o menos felices y/o como consejo en la vida
real. El segundo paso era poder
identificar en el libro elegido características referentes al nuevo concepto literario de la literatura,
donde el niño puede identificarse con los personajes, reconocerse en ellos y
empatizar.
Ahora resulta obvio, se ve muy claro porque es lógico, pero
personalmente, con anterioridad a este tema, no habría sabido discriminar un
libro literario de otro paraliterario, ni siquiera me lo habría planteado. Debemos
conocer a nuestros alumnos, saber en qué momento evolutivo o en qué etapa de su
vida se encuentran para poder comenzar a buscar un libro que les pueda
interesar y suscitar los valores y actitudes citados anteriormente, pero a
ellos, no al maestro. No hay que olvidar que el libro que escojamos no lo
debemos escoger porque nos guste a nosotros. Se dice pronto también, conocer a
los alumnos y seleccionar un libro que sea atractivo para la mayoría de ellos,
no resulta fácil, pero sí mucho más sencillo sabiendo ahora lo que es un libro
literario, las características que tiene y la gran cantidad de ellos que se
pueden encontrar. Incluso tenemos en cuenta que las ilustraciones no sean
estereotipadas. Ahora sabemos además que
los libros que seleccionemos en un futuro para nuestros alumnos, no
necesariamente valdrán al año siguiente en el mismo curso, ya que los niños
serán otros diferentes y no tienen por qué encontrarse en el mismo momento
evolutivo o con las mismas necesidades que los anteriores.
Ya que he mencionado las ilustraciones, hay que decir que
ayudan mucho a comprender y a sentir lo que el emisor pretende transmitir. Se
me quedó muy grabado el intentar evitar las imágenes estereotipadas. Las
ilustraciones son incluso el motivo por el que un niño escoja un libro.
No me olvido del teatro y la poesía a pesar de su poca
proyección en el aula, ya sea por escasez o desconocimiento, pero no hay que
olvidar que si utilizamos de una manera atractiva, entretenida y amena estas
herramientas, conseguiremos despertar creatividad, imaginación y buen gusto,
además ayudan a mejorar la memoria y
crear unas buenas bases para el aprendizaje de la lectoescritura.
Bloque 2. Textos folclóricos. Selección y adaptación.
Este bloque he de reconocer que es con el que mejor me lo he
pasado.
La literatura folclórica es anónima, se transmite de forma
oral de generación en generación y por eso mismo sufre montones de cambios a lo
largo del tiempo. Son historias surgidas en pueblos, contadas por los cabezas
de familia para amenizar la tarde por ejemplo, expandidas por viajeros,
arrieros y buhoneros que contaban las historias en un pueblo y en otro. Así
iban quedando estas historias en la memoria de los que las escuchaban, que otro
día contarían su versión de la misma con sus propias variantes, luego estas
historias tienen tantos autores como personas lo han narrado, hasta el momento
que alguien los plasmó por escrito. Por todo ello es imposible llegar a la
historia que pudo ocurrir en realidad, a la historia original, tan sólo se
puede intuir más o menos por dónde irían los tiros.
Con el paso del tiempo, la sociedad fue relegando todos
estos textos populares a la literatura infantil, se les restó interés literario
en favor del aprendizaje y el divertimento y llegaron a ser incluso mal
denominados “textos infantiles”. Lo cierto es que tienen buenas enseñanzas
morales, que no moralejas, que los niños saben extrapolar a su manera.
Es cierto que la tradición de la transmisión oral ahora se
ha visto desfavorecida por la influencia de otros medios alternativos, pero es
necesario en el aula trabajar este tipo de literatura manteniendo su oralidad
para un mayor disfrute del niño, que ya trabajará la lectura con texto de autor
que despertará su interés por la misma.
Cuando pienso en este bloque me acuerdo también de los
teatros de marionetas. El teatro folclórico puede servir tanto para divertir
como para educar. Los teatros de marionetas son muy atractivos para el niño, ya
que se sumerge en la historia con mucha facilidad, olvidando que los muñecos en
realidad son personas quienes los mueven. El teatro de títeres en el la
actualidad se enfrenta a dos dificultades fundamentales: primero, que los
teatros de folclore tradicional han desaparecido casi por completo, y segundo,
que los títeres parecen ser considerados actualmente como un entretenimiento
solamente para niños.
En cuanto a la poesía folclórica, creo que también puede ser
aprovechada en el aula, cantar es algo atractivo para el niño, así como jugar,
de esta manera se introduce en la palabra y el ritmo, de alguna manera ya
estará ejercitando su creatividad, su memoria incluso su movimiento.
Los cuentos populares, se clasifican en mitos, historias de
origen religioso, cuyas religiones han desaparecido; cuentos de animales que se
caracterizan porque todos sus personajes son animales; cuentos de fórmula, que
son aquellos en los que la memoria del narrador es fundamental y no permiten la
recreación típica de los relatos folclóricos; y por último los cuentos de hadas
o maravillosos, su característica principal es la aparición de al menos un
personaje mágico-fantástico, incluyendo animales que hablan y se comportan como
personas en un contexto humano (El gato con botas, Caperucita Roja...).
“Según Propp, todos los cuentos maravillosos responden a
esta estructuración y todos pueden analizarse según estos tres aspectos.
- Los papeles (héroe,
agresor, donante, auxiliar, la princesa y su padre, mandatario y falso héroe)
pueden ser desempeñados por diferentes personajes según los diferentes cuentos.
- Las acciones son
las que se realizan a lo largo de la historia y que componen el planteamiento,
el nudo y el desenlace; cada cuento tiene un número indeterminado de acciones.
- Las funciones se
producen por el significado de las acciones fundamentales dentro de la intriga
global del relato, Propp enumera treinta y una, no en todos los cuentos han de
aparecer las 31 que él llegó a encontrar, pero las que aparecen, siempre siguen
el orden preestablecido. Son: -alejamiento, - prohibición, -transgresión,
-interrogatorio, -información, -engaño, - complicidad, -fechoría, -carencia,
-mediación, momento de transición, - principio de la acción contraria,
-partida, -primera función del donante, - reacción del héroe, -recepción del
objeto mágico, -desplazamiento, -combate, -marca, -victoria, -reparación,
-vuelta, -persecución, -socorro, -llegada de incógnito, -pretensiones engañosas,
-tarea difícil, -tarea cumplida, - reconocimiento, -descubrimiento,
-transfiguración; -castigo, -matrimonio.”
La estructura interna de los cuentos maravillosos presenta
tres momentos clave: fechoría inicial (planteamiento), acciones del héroe
(nudo) y desenlace feliz en casi todos los casos. Para trabajar con este
material en el aula con los alumnos, es necesario respetar la cronología, que
ha de ser lineal y ha de haber relaciones de causa y efecto entre las acciones.
Los motivos principales son: los tesoros ocultos, el viaje y
la búsqueda, la fuga, el reino de las hadas, la búsqueda del amor, el huérfano
maltratado, el hermano pequeño, la muerte y la resurrección, el sol y la luna.
Cuando nos contaron por primera vez el cuento de “Toda clase
de pieles”, ni por asomo habría sabido sacar este tipo de características,
entendí la historia, aunque me fijé en muy pocas por no decir en ninguna la
primera vez que escuchamos el cuento. El hecho de ser una adaptación lo que
hubo que hacer, permitió ver más claro lo que había que mantener y lo que había
que cambiar. El esqueleto del cuento sin duda hay que respetarlo, el carácter fuerte
de la protagonista también era importante, alejado de algunas adaptaciones como
las de Disney, donde las mujeres en muchos casos dejan bastante que desear. Es
muy importante también mantener el halo legendario típico de los relatos
folclóricos.
El otro día por ejemplo, viendo una película, teníamos que
sacar de ella características y razones de cuentos folclóricos maravillosos o
de hadas, y aunque no conseguí sacar absolutamente todo aquello que probara que
se trataba de una película con prácticamente todas las características de un
cuento folclórico, me quedé bastante satisfecho con lo que conseguí sacar.
Lo primero que sin duda me viene a la mente, después del
título y la historia de “Toda clase de pieles” cuando pienso en este segundo
bloque, es en los hermanos Grimm, que por algún motivo se quedaron bien
grabados en mi cabeza. Sus adaptaciones tienen fama de ser bastante fieles a las
recopilaciones iniciales. Sus textos son los más estudiados y utilizados en la educación
de los niños y son pioneros en los cuentos maravillosos y de hadas. Sus
cuentos, son un ejemplo para trabajar los cuentos folclóricos en el aula, ya
que han llevado a cabo adaptaciones en las que dejan de lado aspectos morbosos
de cualquier tipo, un trabajo parecido al que tuvimos que hacer nosotros.
Bloque 3: Literatura
española y cultura literaria.
Temas como éstos son de agradecer, pues a menudo me resulta difícil
acercar a los niños a algunas obras y autores de nuestra cultura y aquí se
aprenden varias fórmulas para ello.
La verdad que hasta hace poco, era de los que pensaba que
los alumnos, incluso yo cuando era alumno de primaria, tenían que entender lo
que el autor pretendía transmitir con su obra o lo que quería decir, con más o
menos ayuda del profesor. Ahora, sé que si no lo entienden, será por un
desconocimiento normal en los alumnos, no procede que tengan que entender la
obra, sí que la interpreten como les parezca, a su manera.
En este bloque, lo más importante me parece saber
diferenciar cuándo se quiere que los alumnos disfruten de una lectura, y cuándo
se pretende que mejoren la comprensión lectora o simplemente mejorar la lectura
mecánica. Puesto que son cosas distintas, las actividades también lo serán. Los
textos o fragmentos que elijamos para trabajar con los niños, los debemos tener
bien trabajados, de otra manera no lograremos la pre-motivación lectora en
nuestros alumnos. Esta se consigue ambientando, presentando, llamando la
atención y explicando el vocabulario.
En el trabajo en grupo que realizamos para este bloque, creo
que escogimos una obra demasiado complicada para llevar a cabo la semana
cultural. Escogimos “El Lazarillo de Tormes”. Creo que nunca llegamos a saber
del todo manejar la línea entre la adaptación y el texto original, el cual si
se puede mantener, no se ha de adaptar. Finalmente decidimos no adaptar ningún
tratado para el último ciclo, con el resto, tan sólo cambiábamos alguna escena
que no era apropiada para los alumnos cambiando algunas palabras u omitiendo
alguna acción y alguna consecuencia que pudiera resultar muy brusca, violenta o
desagradable. Nuestro objetivo era que conocieran a uno de los personajes más
universales de la literatura española.
Las actividades que propusimos para la semana, al comienzo
fueron más dirigidas a llamar la atención y a presentar, intentando imaginar entre
todos cómo creen que vivía un chico de su edad más o menos hace quinientos
años. Había que aclarar y explicar el vocabulario casi continuamente. Las
actividades que se dedicaron más a la ambientación fueron las excursiones y el
mercadillo medieval.
Sinceramente este tema es el que más me ha costado comprender.
La actividad de alguna manera no la veíamos tan clara como las otras. Creo que
hay que conocer y comprender muy bien la corriente, la obra o el autor al que
se escoge para que los alumnos disfruten de las actividades adecuadas que les
permitan imaginar, interpretar, reconocer y sobre todo pasarlo bien con el fin
de querer seguir aprendiendo. Lo más importante para ello es no someterles a
ningún tipo de presión, ejercicios típicos del libro de la asignatura y que
sean ellos los protagonistas, los pequeños artistas sin los que no sería
posible disfrutar la obra.
Bloque 4. Lectura
literaria y animación lectora.
Desafortunadamente y
para mi vergüenza, he de incluirme en ese grupo de no lectores. Nunca he
llegado a tener costumbre, nunca me ha llegado a apetecer, siempre ha sido una
obligación, leer tal libro para tal asignatura o para recuperar tal otra. Aún
así, suelo pensar siempre que no hay mal que por bien no venga. Me gustaría
irme un momento del tema para explicar esta última frase.
En nuestro primer día con Javier Abad, recuerdo a mucha
gente que decía que no había dibujado en la vida, que no sabían dibujar bien y
demás tipos de excusas. Javier contestó algo que me llamó mucho la atención,
dijo: “Mejor, mucho mejor si no tenéis ni idea de dibujar, así aprenderéis
mucho más”. No es exactamente el mismo punto, pero siento algo parecido en esta
asignatura de literatura. Cuando hablamos acerca de los fallos que provocan que
al niño le aburra o no le guste la lectura, me recuerdo perfectamente de
pequeño pasándolo mal porque tenía que acabarme un libro para entregar una
ficha al día siguiente. Me identifico perfectamente cuando hablamos de que hay
que conseguir no sólo que el niño aprenda a leer como mero descodificador, sino
que interprete, que infiera, que descubra y que le sirva de alguna manera, que
no tenga que releer para adentrarse en el significado de la lectura. Con esta
asignatura y en concreto con este tema, me voy dando cuenta muy bien de lo que
yo hice mal personalmente, pero también de lo que se hizo mal conmigo.
Tengo la sensación de que no tengo que desaprender para
aprender, al igual que la gente que decía que no sabía dibujar en Educación
Plástica y Visual. Soy el primero que sabe cómo no hay que hacer las cosas para
que mis alumnos en un futuro no tengan el mismo problema que yo. Pero creo
también que no hay que ser tan extremadamente positivo, los extremos y los
excesos no son buenos. Sé cómo no hay que hacer, que es un paso, pero en
realidad he sentido muy pocas veces por ejemplo la evasión que puede llegar a
producir una lectura. Por cosas como estas, es decir, por falta de experiencia
en este ámbito digamos, por falta de cultura lectora, no me siento de momento
tan seguro o tan cómodo cuando a la lectura, su hábito y a sus buenas
repercusiones nos referimos. Sí me siento sin embargo, con la motivación y las
ganas de provocar en los niños un sentimiento hacia la lectura muy diferente al
mío.
Para este bloque, se nos pedía seleccionar un libro
literario y destinarlo a la edad a la que creamos adecuada independientemente
de la editorial, algo parecido a lo que se nos pedía en el bloque uno. La
novedad es introducir actividades para antes durante y después de la lectura,
con la intención de animar la misma. Animar la lectura quiere decir que se
produzca un acercamiento afectivo e intelectual hacia el libro en cuestión, con
ella se pretende conseguir el auténtico placer de la lectura.
Para antes de la
lectura tenemos que tener en cuenta lo mencionado en el anterior bloque, la
pre-motivación a la lectura, se trata de hacer un acercamiento a todos los elementos
relacionados con la obra. Las actividades en este apartado se centran en
aproximarse al tema que trate el libro, predecir de qué puede tratar, preparar
temas que durante la lectura saldrán y que junto a una explicación o
aproximación previa, se abordarán y se entenderán mejor. Antes de la lectura
además, observar la portada nos puede dar mucha información, a partir del
dibujo, podremos imaginarnos de qué tratará el libro, viendo el nombre del
autor, podemos saber si hemos leído o no alguna vez un libro suyo y en caso
afirmativo tener una idea más a cerca de lo que nos podemos encontrar.
Durante la lectura, es interesante que reflexionen, que sean
observadores y sobre todo que intuyan qué puede pasar a continuación. Pero
lo más importante es que la lectura por su parte sea individual, silenciosa y
comprensiva. Hay que estar atentos de su proceso lector, algunos leerán el
libro en cuestión sin problemas, otros no sabemos dónde pueden verse bloqueados
y por qué, luego si no estamos atentos, pueden abandonar la lectura o peor, que
no la disfruten. En definitiva, durante la lectura, no se trata de realizar
cuestionarios y rellenarlos por escrito en diferentes momentos del proceso sino
de compartir realmente las diferentes lecturas realizadas por los diferentes
alumnos. Debemos acompañar la lectura con actividades que les permitan a los
lectores recordar, inferir,
interpretar, reflexionar, relacionar,
profundizar, argumentar, imitar.
Al término de la lectura han de ser descubiertas y
desveladas todas las incógnitas. Ya no se trata de recordar o fijarse en
detalles sino de realizar síntesis globales y de aspectos concretos; conclusiones;
relaciones entre personajes, acciones, causas y consecuencias, etc.;
Interpretaciones de hechos, actuaciones, situaciones, etc.; valoraciones
objetivas y subjetivas. Los niños en este apartado, han de relacionar lo leído
con su propia vida y relacionar la obra con el contexto propio para dejar
huellas emocionales de la lectura. Las actividades posteriores a la lectura
también sirven para entender que un libro puede tener diferentes
interpretaciones, de esta manera puede resultar muy interesante compartir entre
todos las lecturas.
Resulta obvio saber que para que a un niño le guste leer y
quiera más y más, le tiene que gustar lo que va probando, tiene que pasárselo
bien, tiene que ver que hablar de libros con los demás es como hablar de
cualquier otro tema con el que se sientan cómodos. Aunque no debe ser tan
obvio, cuando hay un gran número de personas no lectoras.
En el centro donde estuve de prácticas, ni las ideas
relacionadas con la lectura, ni los resultados de la misma eran muy buenos.
Recuerdo que mi tutora me pasó unas fichas con la intención de ayudarme con
esta actividad. La verdad es que solo vi una actividad interesante para antes
de la lectura, pero me sentí bien discriminando entre actividades buenas y
malas, divertidas o aburridas. Tengo la sensación de haber comprendido bien
este tema y saber utilizar en un futuro los consejos que ofrece. Con
anterioridad a este tema, me habría sido muy difícil sacar actividades
interesantes o útiles. Son de gran ayuda las claves que debe tener cada
actividad, dependiendo de en qué momento de la lectura se quiera utilizar.
Ahora tenemos los ingredientes para sumergir a nuestros alumnos en un futuro en
una lectura significativa, siempre y cuándo utilicemos bien el material que se
nos ha facilitado. De verdad pienso que es muy útil.
Bloque 5. Creación literaria.
La creación literaria, al igual que el resto de bloques en mi opinión,
no se trabaja correctamente en el aula, impidiendo que saquemos todo el
provecho posible a la hora de desarrollar el potencial, la imaginación y la
creatividad de los alumnos.
Los actos de creación literaria son todos perfectos en sí
mismos. Y si lo que pretendemos calificar es la ortografía deberíamos realizar otro
tipo de ejercicio. Supongo que cuando pedimos a un niño una redacción de tema
libre, es para que de alguna manera, disfrute creando libremente lo que le
parezca, no debemos evaluarlas o calificarlas, y mucho menos por la
originalidad y la ortografía, que al igual que leer para coger fluidez, se
trabaja de otra manera que para solamente disfrutar de ella. Evaluar la
originalidad y la ortografía sí hay que hacerlo, pero no basar la nota en ello.
En este bloque se nos pide saber ejemplificar bien cualquier
tipo de creación, ya sea en prosa, en verso o dramática. Se nos ofrecen
multitud de ideas para llevarlo a cabo. Pero lo que más me llama la atención y
lo que creo que más gusta a los alumnos, tanto durante como después cuando ya
está terminado, es la creación de un libro. Esta actividad se refiere a que
utilicen su propia manera de encuadernar, que sean los propios ilustradores en
sus creaciones literarias, que disfruten de la escritura, la lectura y la
creación artística al mismo tiempo.
Sin duda esta asignatura era una de las que no habría podido
saltarme ni por asomo. Al igual que hay otras asignaturas con las que uno
siente que si no las cursa, no pasa nada, con literatura no es el caso. Mi
ignorancia literaria, mi escasa costumbre a leer por mi cuenta y en general mi
desconocimiento acerca de la literatura y las formas de enseñarla y
disfrutarla, han convertido esta asignatura en una novedad continua.
Bibliografía.